Estamos rodeados de una gran cantidad de tentaciones de todo tipo: las estanterías de los supermercados están llenas de diversos productos que queremos probar. A menudo nos decidimos por “experimentos culinarios” sin pensar en las consecuencias para nuestro organismo, que inevitablemente vendrán provocadas por el exceso de peso o los problemas de salud. Pero es mucho más fácil prevenir problemas futuros que afrontar las consecuencias.
Reglas básicas
1. Incluye aceites vegetales de todo tipo en tu dieta.
Los primeros pasos para una dieta saludable incluyen reemplazar las grasas vegetales nocivas para la salud con aceites vegetales menos dañinos y saludables. Los nutricionistas profesionales recomiendan añadir aceite de oliva a ensaladas, varios tipos de cereales y utilizar aceite de coco para freír. También sería buena idea incluir en tu dieta frutos secos y aguacates, que son ricos en aceites saludables.
2. Pescado (mariscos).
No es ningún secreto que el pescado de mar contiene muchos ácidos grasos, incluido el omega-3 (la dosis diaria de omega-3 para un adulto es de 1 gramo). Es recomendable incluir ostras en su dieta, una fuente de yodo. Recordemos que una deficiencia de este elemento provoca un deterioro del metabolismo y favorece la deposición de grasa subcutánea. Para obtener la cantidad necesaria de nutrientes contenidos en el pescado, si es intolerante a los mariscos, puede utilizar aceite de linaza.
3. Nivel de glucosa.
Los carbohidratos aumentan significativamente los niveles de azúcar en sangre y, con ello, el índice glucémico. ¿Cómo percibes esto? Después de comer, se siente una breve explosión de energía, que rápidamente es reemplazada por una agresiva sensación de hambre. Por ello, es recomendable consumir carbohidratos lentos, que dan una sensación de saciedad duradera.
4- Verduras.
Se ha demostrado que las verduras son una fuente de fibra dietética y fibra, que son beneficiosas para la función intestinal y también reducen la sensibilidad del cuerpo a la insulina. La calabaza y las zanahorias son ricas en vitamina A, vitamina E y vitamina B, que el cuerpo obtiene de las espinacas, mientras que los pimientos contienen potasio y hierro.
5. Embutidos y productos cárnicos.
Esta categoría de alimentos debe evitarse. El consumo habitual de patés, embutidos, embutidos y todo tipo de productos semiacabados provoca cáncer colorrectal, lo que ya ha sido demostrado por numerosos estudios científicos.